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Nieves Zuberbühler

Nieves Zuberbühler

Nieves Zuberbühler, la periodista argentina que triunfa en Estados Unidos.

Nació en una familia tradicional pero su espíritu inquieto la  impulsó a estudiar periodismo, mudarse a Nueva York,  conseguir su lugar en el exitoso programa 60 Minutes y ganar varios premios Emmy. De ese gran desafío, del amor y de su vida itinerante habla en la primera nota de tapa de su vida. 


Nieves Zuberbühler recuerda su infancia en Buenos Aires rodeada de por lo menos tres diarios, La Nación, Clarín y Página 12. Su rutina diaria era separar los suplementos del cuerpo principal, sumergirse primero en Política y para luego terminar leyendo todas las secciones. Las crónicas de guerra y los análisis internacionales la apasionaban, así como los textos de la periodista y ensayista italiana Oriana Fallaci.

Terminó la escuela Secundaria y, por supuesto, todo le interesaba. “Me compré la Guía del Estudiante y no me decidía si anotarme para ser bióloga, médica, música, abogada o economista…Terminé eligiendo Periodismo porque me di cuenta de que era una especie de ventana para conocer e interiorizarme de todos esos temas por los que tenía gran interés”, cuenta Nieves, que dio sus primeros pasos en la labor escribiendo crítica literaria para el suplemento ADN Cultura de La Nación.


Nieves Zuberbühler todavía recuerda con emoción los días que iba al diario de la calle Bouchard (tradicional y antiguo edificio de la publicación) y recibía los libros que le daba su editor para leer y luego reseñar. “Eso era realmente tocar el cielo con las manos”, lanza y añade: “La primera vez que vi mi nombre publicado en letras de molde fue una emoción impresionante de la cual nunca me voy a olvidar”.

EL DESTINO HABLA INGLÉS 

Inquieta, ante todo, finalizó la universidad y se fue a estudiar a Nueva York. Mientras cursaba su posgrado en la New York University tuvo la posibilidad de realizar una pasantía y le tocó nada más y nada menos que en el tradicional programa 60 Minutes de la cadena CBS. Nieves volvía a cumplir un sueño. “Para mí era como entrar a jugar al Barcelona. Al principio no me llevaban demasiado el apunte, me tocaba servir café, colaborar con algún productor hasta que me animé y comencé a ofrecerle a los jefes mi ayuda.

De a poco me fueron dando tareas y apenas finalicé el ciclo muchos de ellos escribieron cartas de recomendación para que quede fija. Y así fue”, explica. Zuberbühler señala que siendo parte de ese programa aprendió muchísimo sobre ética periodística, la responsabilidad de comunicar y ser lo más objetiva posible a la hora de informar. “La importancia de la verdad sin un sesgo político es algo que te marcan a fuego. Todo el tiempo cuando realizás un informa tenés que mostrar las dos campanas sobre el mismo tema. Es ley”, agrega.

La periodista se llevó dos premios Emmy por su trabajo en 60 Minutes: Reportaje Destacado en un Programa Informativo y Reportaje Destacado sobre Arte, Cultura y Entretenimiento. Hizo muchísimas investigaciones para el canal, pero recuerda especialmente la del caso Nisman, una sobre los caballos de polo en Argentina, un episodio sobre el uso de jóvenes como informantes de guerra en Estados Unidos y otro del restablecimiento de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba. “Esa noticia fue inesperada y por eso 60 Minutes despachó un equipo a Cuba de un día para el otro del cual yo formé parte.

Estas producciones apresuradas se llaman “crashes” y son oportunidades en las que podemos tornarnos imprescindibles para el equipo. Como hablo español, me delegaron responsabilidades que nunca había tenido hasta ese momento, lo cual me generó mucha presión pero fue la primera vez que me sentí realmente necesaria. Por suerte el trabajo fue un éxito y todo Estados Unidos estuvo muy pendiente del programa ese domingo”, rememora. 

Si bien dentro del envío de CBS exisitieron situaciones de acoso de público conocimiento como el despido del periodista Charlie Rose que fue acusado por casi una decena de mujeres por propasarse y abusar de su poder,

Nieves asegura que nunca vivió dentro de la producción una situación incómoda por ser mujer. “Contrariamente es un programa en el cual muchas congéneres tienen roles importantes y de decisión. Eso está buenísimo porque te estimula y sentís que si trabajás al máximo podés llegar”, apunta. 

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